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“La liberalización del sector de la comercialización de electricidad y el aumento de su competencia se ha visto lastrada por estos recientes años de crisis energética”.
Así lo establece el Informe de supervisión de los mercados minoristas de electricidad y gas de la CNMC del año 2021 y en su avance del 2022. Tras más de una década de continuo crecimiento de las comercializadoras independientes de electricidad, la situación vivida en relación con el alza del precio del gas y su efecto sobre el mercado de electricidad, ha provocado que las eléctricas tradicionales verticalmente integradas, que continuamente (y cada vez con más ímpetu) venían perdiendo clientes, hayan recuperado cuota de mercado.
El Banco de España, así mismo, en un reciente informe destaca un mayor resultado de explotación en las eléctricas verticalmente integradas, que han podido aprovecharse de su situación privilegiada a través de su generación inframarginal para ampliar sus márgenes comerciales.
Este ataque indirecto a la competencia, que se ha visto acrecentado con ciertas medidas regulatorias para paliar el impacto en los consumidores, supone desandar lustros en el objetivo de alcanzar un mercado competitivo, que estimule a las comercializadoras a mejorar su oferta, proporcionar mejores precios, servicios y calidad, así como ajustarse a las necesidades de los consumidores. En definitiva, un mercado que pueda beneficiar al consumidor final, en detrimento del histórico mercado oligopolístico.
El aumento en las desproporcionadas exigencias económicas, de tensión de caja, de adelanto de IVA, así como de suplir las carencias del negocio regulado de distribución de las tradicionales eléctricas en forma de retraso de lectura, facturación y abuso de posición de dominio en cuanto a la tramitación de instalaciones de autoconsumo, se puede ver todavía acrecentado ante unas propuestas que llegan del seno de la UE acerca de la obligación de adquirir coberturas de precio o la intervención de precios a grandes colectivos de consumidores no vulnerables.
Todo ello situado en un mercado a plazo escasamente líquido y profundo y sin el desarrollo de las subastas inframarginales prometidas a través del BOE hace ya varios años.
Ante estas circunstancias, resulta vital aunar fuerzas y objetivos entre empresas semejantes, alejadas de las tradicionales eléctricas, el negocio petrolífero y el IBEX 35. Ese es el objetivo de ACENEL.
